El profe, se siente profe. En su rol romántico, siente que puede ser el maestro (tal cual lo presagió en las conversaciones de pedagogía y educación en el ágora, en los pastos de la facultad y al compás de unas cervezas). Y como tal, el profe, orgulloso, con su título habilitante, busca evidencias, resultados y sistematización en sus prácticas. ¿Estoy en correcto profe?
El profe, desde la sala de clases, visibiliza la alienación y como buen revolucionario, como un super héroe, en su performance, construye y crea realidades. El profe, en su rol activista, organiza y reflexiona. Sí, El profe, luchando, también está educando.
Ser profe no es binario ni especista. Es todo lo contrario.
El profe se angustia. El profe, no se siente profe.
El profe, alienado, reproduce el sistema.
El profe, cesante, se da cuenta que debía reproducir el sistema.
El profe, como guardia de seguridad, en su caseta ¡se da cuenta que puede ser profe en otros espacios! La escuela, es hoy la empresa donde no dirige procesos de 45 estudiantes. Es uno más de los 45, dirigido por alguien que no sabe lo que hace.
El profe, estudia y vuelve a estudiar para entender su rol en la EDUCACIÓN. Magister, doctorado, pos doctorado, ¡mejor remuneración dicen los expertos! El profe se angustia, mientras ingenieros comerciales deciden por él.
El profe, en su rol de poder, es parte de los aparatos de represión. El profe se angustia.
El profe como tutor, es cambiado por una plataforma educativa.
El profe es revindicado y llamado a cumplir su rol romántico y peregrino. El profe, deja de ser profe y se vuelve profesor al saber que permitió a su afán romántico, llegar a puerto.
El profe, sabe que es profe, pero se decepciona de ser profe en este sistema de mierda.
El profe no sabe que es profe, pero igual se decepciona de ser profe en este sistema de mierda.
El profe tiene identidad. ¿Cuál?
Los profes no somos idénticos… ¡pero tenemos identidad! ¿Cuál?
Autor: Eduardo Orellana Nenen, SNAEdca, región metropolitana. |
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